El Tomismo es un sistema escolástico de pensamiento ideado por santo Tomás de Aquino, que ha tenido y sigue teniendo una gran influencia dentro de la filosofía cristiana. Tiene de común con la Escolástica su método de exposición de las cuestiones: proposición del problema; argumentos en contra; argumentos a favor; prueba de la tesis, y solución de las objeciones. Hace uso abundante del silogísmo: una proposición con sujeto de carácter universal; otra proposición que tiene por atributo el sujeto universal de la anterior, y una conclusión que, por necesidad lógica, aplica el atributo de la primera al sujeto de la segunda. El abuso del silogismo y el afán de réplicas y contrarréplicas, facilitando los polisilogismos, da pesadez y quita armonía al estilo, aunque su aplicación lógica conduzca al objetivo de probar racionalmente la propia tesis y rechazar como no plenamente racional la contraria. El método argumentativo no siempre es la deducción o proceso de algo más universal hacia algo cada vez más particular. Los escolásticos usan también la inducción o método empírico, que de un análisis de los particulares establece proposiciones generales. Tiende hacia el examen de un número abundante de datos o de casos singulares, para conseguir la inducción suficiente o científica o causal. El tomismo, como otros sistemas doctrinales del medievo, es principalmente un sistema teológico. Nació para dar una explicación coherente, armónica, y sin contradicción, a toda la enseñanza dogmático-moral del cristianismo. Por eso el primer argumento será siempre la Sagrada Escritura. Los argumentos o lugares inmediatamente siguientes están formados por la tradición viva de la Iglesia; los Santos Padres, que vivieron y explicaron la Sagrada Escritura de modo directo, sin apenas aditamentos estrictamente filosóficos; el magisterio eclesiástico, manifestado en los concilios, en las determinaciones canónicas y litúrgicas, y en la enseñanza de la jerarquía o de los pontífices de la Iglesia. Finalmente vienen los razonamientos filosóficos. Al argumento de razón o puramente filosófico, a pesar de que ocupa el último lugar en la explicación de la fe y de la moral cristianas, los teólogos medievales le dieron una importancia especial en sus procesos argumentativos, pues les permitía ver una armonía, un orden y como una conexión íntima entre todas esas verdades. De ahí su recurso a los grandes maestros de la filosofía clásica, que habían logrado una visión sistemática de la realidad. Se recurrió muy pronto a Platón y a los neoplatónicos, y vieron la facilidad de aplicar al Evangelio los términos de aquellos filósofos. La doctrina platónica y neoplatónica del demiurgo y del logos como creador y como mediador entre Dios y las criaturas sirvió para explicar el Logos del Evangelio de san Juan y la doctrina de la Encarnación y Redención de los hombres por el Verbo divino.
miércoles, 13 de febrero de 2013
EL TOMISMO
El Tomismo es un sistema escolástico de pensamiento ideado por santo Tomás de Aquino, que ha tenido y sigue teniendo una gran influencia dentro de la filosofía cristiana. Tiene de común con la Escolástica su método de exposición de las cuestiones: proposición del problema; argumentos en contra; argumentos a favor; prueba de la tesis, y solución de las objeciones. Hace uso abundante del silogísmo: una proposición con sujeto de carácter universal; otra proposición que tiene por atributo el sujeto universal de la anterior, y una conclusión que, por necesidad lógica, aplica el atributo de la primera al sujeto de la segunda. El abuso del silogismo y el afán de réplicas y contrarréplicas, facilitando los polisilogismos, da pesadez y quita armonía al estilo, aunque su aplicación lógica conduzca al objetivo de probar racionalmente la propia tesis y rechazar como no plenamente racional la contraria. El método argumentativo no siempre es la deducción o proceso de algo más universal hacia algo cada vez más particular. Los escolásticos usan también la inducción o método empírico, que de un análisis de los particulares establece proposiciones generales. Tiende hacia el examen de un número abundante de datos o de casos singulares, para conseguir la inducción suficiente o científica o causal. El tomismo, como otros sistemas doctrinales del medievo, es principalmente un sistema teológico. Nació para dar una explicación coherente, armónica, y sin contradicción, a toda la enseñanza dogmático-moral del cristianismo. Por eso el primer argumento será siempre la Sagrada Escritura. Los argumentos o lugares inmediatamente siguientes están formados por la tradición viva de la Iglesia; los Santos Padres, que vivieron y explicaron la Sagrada Escritura de modo directo, sin apenas aditamentos estrictamente filosóficos; el magisterio eclesiástico, manifestado en los concilios, en las determinaciones canónicas y litúrgicas, y en la enseñanza de la jerarquía o de los pontífices de la Iglesia. Finalmente vienen los razonamientos filosóficos. Al argumento de razón o puramente filosófico, a pesar de que ocupa el último lugar en la explicación de la fe y de la moral cristianas, los teólogos medievales le dieron una importancia especial en sus procesos argumentativos, pues les permitía ver una armonía, un orden y como una conexión íntima entre todas esas verdades. De ahí su recurso a los grandes maestros de la filosofía clásica, que habían logrado una visión sistemática de la realidad. Se recurrió muy pronto a Platón y a los neoplatónicos, y vieron la facilidad de aplicar al Evangelio los términos de aquellos filósofos. La doctrina platónica y neoplatónica del demiurgo y del logos como creador y como mediador entre Dios y las criaturas sirvió para explicar el Logos del Evangelio de san Juan y la doctrina de la Encarnación y Redención de los hombres por el Verbo divino.
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